jueves, 6 de noviembre de 2008

despedida

Fue Álvaro Henríquez quien decidió la separación del grupo, acordada en conjunto, y anunciada el 4 de abril del 2000 a través de un comunicado de prensa que prefirió hablar de un “receso indefinido”. No había aparentes peleas ni crisis, sino la necesidad de sus integrantes por darse un tiempo lejos de la exigente dinámica que les había impuesto la creciente presión por resultados comerciales. “Lo merecemos. No ha habido año en que no hiciéramos algo importante. Ese desgaste se nota y hay que asumirlo”, explicaron. Para presentar La sangre en el cuerpo habían elegido un single de poca fuerza (”No me falles”), y a la primera escucha se hizo evidente que se trataba de un disco demasiado delicado como para conquistar audiencias masivas. El álbum se había grabado en Nueva York, con participaciones especiales de Roberto Márquez (Illapu) y la mexicana Julieta Venegas. El cuidado puesto en las armonías y la precisión en los versos de Henríquez levantó probablemente el mejor disco de su carrera y, pese a los lamentos de hasta Los Jaivas por su decisión, una estupenda manera de cerrar el trabajo de la banda.





Los Tres organizaron una gira nacional de conciertos de despedida, que culminó el 19 de mayo, en Concepción. Para entonces ya era parte estable del grupo el tecladista Camilo Salinas, quien le aportó una atractiva fuerza seudosicodélica a esas últimas presentaciones (y quien luego siguió a Henríquez a Pettinellis). Su decisión por registrar su historia en un libro junto al cronista argentino Enrique Symns probó ser una de sus decisiones más desafortunadas, y terminó con la banda desautorizando a quien ellos mismos habían elegido como colaborador. De todos modos, hacia fines del 2001 apareció Los Tres. La última canción para agitar un rato el comidillo nacional con revelaciones bastante más íntimas que las que necesitaban los fans.






El legado audiovisual fue el disco en vivo Freno de mano y el DVD Vermouth & Noche, con parte del registro de sus últimos conciertos. Para entonces, el país ya se había hecho la idea de que lo de “receso indefinido” tenía más que ver con una separación, y que a Los Tres habría que buscarlos en adelante en proyectos independientes entre sí. Porque continuó de algún modo con su línea rockera, el más llamativo fue Pettinellis, el grupo que Álvaro Henríquez mantuvo entre el 2001 y el 2004. Ángel Parra y Roberto Lindl han desarrollado una interesante fusión de géneros populares en Ángel Parra Trío, mientras que Francisco Molina es el más apegado al jazz a través de Los Titulares. A excepción de este último, los músicos se fueron reuniendo informalmente en algunas presentaciones en vivo, si bien era Henríquez quien solía mantener el recuerdo fresco con la introducción de parte del repertorio de la banda en sus presentaciones como solista.





La nostalgia fraguó en lo que en marzo del 2006 se anunció como una “reunión de Los Tres”, que venía gestándose ya desde fines del 2005, aunque sin Francisco Molina (llegó en su reemplazo Manuel Basualto como “invitado estable”). Se confirmó entonces el inicio de la grabación de un nuevo álbum, Hágalo usted mismo, con grabación en Nueva York, y nuevamente con Joe Blaney como productor.



Los Tres ofrecieron su primera presentación en vivo luego de la noticia de su reunión no en Chile, sino en el D.F. mexicano, cuando el 14 de mayo cerraron el festival “Vive Latino” en un concierto de repertorio antiguo que tuvo a dos integrantes de Café Tacuba como invitados especiales. El esperado lanzamiento en Chile no vino sino hasta la primera semana de julio, cuando el grupo al fin presentó el álbum Hágalo usted mismo y ofreció los conciertos que confirmaron su real rearticulación, con dos fechas consecutivas en Arena Santiago ante no menos de quince mil espectadores en total.







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