jueves, 6 de noviembre de 2008

LA LEY *




El grupo chileno 'LA LEY' nace en el año de 1987, en ese tiempo la alineación de LA LEY la comprendían Shia Arbulú, Rodrigo Aboitiz y Andrés Bobe. Andrés tocaba la guitarra, Rodrigo los teclados y con secuenciador componían las baterías. Más tarde, Pedro Fonseca, les presentó a Shia para que se uniera al dúo. Este trío original no duró mucho porque en 1988 Shia tuvo que partir a España con su familia. Eso fue un duro golpe para Andrés ya que estaba bastante fascinado con la voz de Shia. Según él, ella tenía que dedicarse a cantar y nada más, pues en eso tenía talento natural. Alcanzaron a grabar un sencillo en forma independiente nombrado "La Ley" ( single Sólo un juego),
Más tarde se unieron a la banda el baterista Mauricio Clavería, uno de los mejores bateristas de Chile, ex-baterista de la banda de Pancho Puelma, el bajista Luciano Rojas, ex-Paraiso Perdido y compañero de Bobe en esa banda, e Ivan Delgado, saxofonista del Pequeño Vicio y que se desempeñaba en La Ley como vocalista. Estuvieron trabajando por un tiempo, pero a la hora de grabar unos demos se dieron cuenta de que en realidad Ivan no tenía las aptitudes para el canto. Finalmente se les unió en 1989 Alberto Cuevas, que venía de Canadá a conocer el país del que le habían hablado sus padres.
Una vez definida la nueva formación, en 1989 sale el disco "Desiertos”, del cual sólo se editaron 500 copias y sólo en forma de casatte.Comenzaron a tocar y la gente llenaba los lugares. Todo iba muy bien, pero se produjo una nueva fisura en el grupo. Lamentablemente falleció la madre de Rodrigo Aboitiz y este golpe lo dejó bastante mal, postrado y sumamente deprimido por lo cual decidió alejarse de la banda.En 1991, LA LEY lanza su primer disco "oficial" llamado Doble Opuesto, el disco que los hizo conocerse en todo Chile; entre los temas más solitados estaba 'Doble Opuesto', 'Prisioneros de la Piel', 'Desiertos' y 'Angie'.
Durante 1992, gracias a la difusion de 4 singles del disco Doble Opuesto y el éxito de la gira, el grupo fue contratado para actuar en el Festival de Viña del Mar en febrero de 1993, fecha que coincidía también con el lanzamiento de su tercer LP titulado simplemente La Ley. En esta ocasión estrenaron el primer single del nuevo disco, Auto-ruta (feel the skin).
En 1993 comienzan a componer lo que será su próximo álbum, el cual seria grabado en Chile y en Argentina, este disco de nombre "LA LEY" que fue producido por ANDRES BOBE y Mario Breuer. Gracias a este disco fue que se difundieron más en el extranjero y que se les reconoció aun más su trabajo con premios como "APES" por el grupo más destacado del año, "ACE" mejor grupo de rock latinoamericano, "LAUREL DE ORO" por el mejor artista.En 1994, La Ley editó el maxi-single Cara de Dios, que originalmente se iba a llamar Tejedores de ilusión, el cual contiene cuatro temas: 'En la ciudad', 'Desiertos' (mix),' A veces' y 'Rhitmyn Valentine'. En ese mismo año se realiza un disco compilado con los temas más importantes de la banda, este disco es llamado "LA LEY DE LA LEY". Lamentablemente, mientras el grupo preparaba lo que seria su próximo disco, sucede la tragedia, el 10 de abril de 1984, despues de realizar un concierto a beneficio, uno de los miembros fundadores pierde la vida en un accidente... ANDRES BOBE.
Por primera vez el rock chileno se vistió de luto, y quizas por primera vez se vio aquel síndrome comercial, esa insoportable manía de hacer dinero con el recuerdo ajeno. 'Cielo Market' sería mas tarde la respuesta de la banda a la prensa por comercializar con lo ajeno.
Afortunadamente LA LEY es fuerte y continuó con sus presentaciones, es incluido PEDRO FRUGONE a la banda y realizan presentaciones en el Festival Acapulco 94´ demostrando su profesionalismo y cariño tanto por su amigo como por la música. En 1995, ya con su nuevo sello Warner y el regreso de Coti Aboitiz, es lanzado internacionalmente el disco "INVISIBLE", y su primer sencillo "El Duelo" se lanza en el mes de junio, este es sin duda el material más exitoso de la banda.
En 1998 es lanzado en el mes de febrero " Vértigo", el día 17 fue el lanzamiento oficial del disco, pero la noche del 16 se hizo una pre-venta en la tienda "Mix Up". Fue grabado en Nueva York ,y no en Londres como era la idea original, en los estudios Chung King. Aquí La Ley no trabajó con un productor como en los discos anteriores sino que ellos mismos se encargaron de eso. A finales de este año Luciano deja la banda. También ese año el grupo recibe varios premios como el de "La Banda Elástica" y "Eres". Durante este tiempo también se grabó el disco Tributo a José José, en honor al exitoso cantante mexicano, en el que Beto Cuevas aparece con la canción La Nave del Olvido.
A mediados de noviembre de 1998, el bajista Luciano Rojas fue reemplazado para las presentaciones en vivo por un iluminador del grupo, el colombiano Jessie Cumplido. Durante todo diciembre se rumoreó acerca de la partida de Luciano, además de la posible disolución de la banda, hasta que al final, lo primero resultó ser verdad. Después de 10 años tocando en la banda, Luciano decidío salirse de ésta para continuar otros proyectos personales, en tanto La Ley continuaba ahora como trio, con Beto en voces, Mauricio en las baterías y Pedro en las guitarras.
En 1999 el grupo lanza a la venta su reciente material llamado "UNO". Este disco cuenta con 10 temas, uno de los temas se llama "Al Final" y habla sobre la droga, también hay otro tema el cual es un tema que ANDRES Y BETO escribieron hace tiempo, otros de los temas son "Aquí", "Fuera de mí" y "Eternidad".En la edición 43 de los Grammy, recibieron el galardón como: Mejor Álbum de Rock / Alternativo Latino, también obtuvieron el Premio Gardel a la Música por “Mejor Grupo de Rock Latino, nominados también por Mejor Interpretación Rock y Mejor Álbum de Rock del Premio Lo Nuestro y Álbum Rock en los Premios Billboard, a la par de ser nominados en la Primera Entrega Anual de los Premios Grammy Latino como: Mejor Interpretación Vocal Rock Dúo o Grupo Aquí, Mejor Canción Rock Aquí, Mejor Álbum Rock Uno, Mejor Video Musical Aquí.
El 11 de Mayo, La Ley hace su primera verdadera aparicion televisiva mundial al ser invitados para actuar en el concurso de Miss Universo 2001 que se llevo a cabo en Puerto Rico. Aqui tambien estrenan por primera vez como nuevo bajista a Archi Frugone, hermano de Pedro, quien a partir de ese dia los empieza a acompañar como musico invitado para las presentaciones promocionales del disco Uno. La Ley realizó el pasado 28 de Junio, en Miami, bajo la producción de Humberto Gatica, la grabación de su disco MTV UNPLUGGED, que ha sido una de las más exitosas desde la existencia de este formato.

LOS TRES *


Los Tres son el gran símbolo musical de los años ‘90 en Chile, y su rearticulación, en el año 2006, podría convertirlos también en una sociedad clásica, a la manera de Los Jaivas. Si bien su sonido se concibió y desarrolló como el de una banda de rock, con el tiempo expandió las fronteras del género, pues ha explorado con elegancia también otras zonas —desconocidas o desvalorizadas— de nuestra tradición musical.
De la cueca a la balada, con algo de Nueva Ola y Nueva Canción Chilena, Los Tres han condensado en su casi decena de discos hasta ahora una mirada refinada sobre Chile y su pasado musical, con uno de los mejores sonidos logrados por una banda local desde los primeros ensayos criollos de rock. En la banda confluyó inicialmente el talento de cuatro instrumentistas de excepcional preparación, todos los cuales han mantenido destacadas carreras musicales tras la primera disolución del grupo, en mayo del año 2000.
En marzo del 2006 se anunció la reunión de tres de sus integrantes fundadores.

inicios en concepción

Parte de la esencia de Los Tres la explica su carácter provinciano, en el sentido de saltarse las convenciones capitalinas de lo que hasta entonces se entendía por una “carrera” en la música. El grupo nació en Concepción, a partir de la amistad que unía desde la adolescencia a Álvaro Henríquez Petinelli (guitarra, voz), Roberto Titae Lindl Romero (bajo) y Francisco Molina Cornejo (batería); tres compañeros del colegio Charles de Gaulle. Su interés por la música fue siempre más profundo que el del promedio de jóvenes de su edad, y lo encauzaron desde muy temprano en bandas informales, como los Dick Stones (tambien con Gilles Marie, Rodolfo Lindl y Fernando Saavedra) y Los Escalímetros (con Henríquez, Titae y el baterista Andrés Valdovinos); inspiradas ambas en el rocanrol más temprano. Hacia 1984, Henríquez y Lindl se reformularon bajo el nombre Los Ilegales, esta vez con Jorge Yogui Alvarado en la guitarra (futuro líder de Emociones Clandestinas). Tras ires y venires, la sociedad definitiva de los tres compañeros de colegio se afianzó cuando Lindl regresó de un año y medio de estudios musicales en Austria (donde llegó a trabajar con la Orquesta Sinfónica de Salzburgo y a formar su primer trío de jazz). Así, en marzo de 1987, Álvaro, Titae y Pancho se comprometieron a un trabajo profesional; y se bautizaron Los Tres, poco antes de un concierto en el gimnasio Lord Cochrane, de Concepción.




Sus primeros pasos musicales en Santiago (debutaron en 1987, en el Centro Cultural Mapocho) fueron más bien un “reconocimiento de terreno” pues los músicos no se concentraron sólo en la banda, sino que también en derroteros profesionales individuales. Roberto Lindl se integró un tiempo como contrabajista de la Orquesta Sinfónica Juvenil, y Álvaro Henríquez estrechó lazos con círculos de teatro (a través de los cuales llegó a participar del histórico montaje de Andrés Pérez para La Negra Ester). Uno de sus primeros encargos en conjunto fue el de musicalizar la obra Y Warhol (1988), de la compañía Teatro Provisorio, para la cual concibieron un set inspirado en lo que ese pintor pop había trabajado en Nueva York con los Velvet Underground.


El impulso definitivo para el trío vino con la incorporación del guitarrista Ángel Parra, un músico con una dilatada preparación instrumental (con estudios en París y California) y excepcionales vínculos creativos a través de su familia (es nieto de Violeta Parra; y su padre, hermana, y varios tíos y primos han destacado en la música), que hasta entonces había trabajado en el circuito jazz. “Sabíamos que había ene puntos de encuentro. El suyo es un estilo que habla por sí solo. Solos como el de ‘Un amor violento’ son cosas que ya teníamos integradas, pero que el Ángel sabía hacer mejor”, explicaron más tarde. Con un nuevo guitarrista a bordo, ya no había excusas para la intermitencia. Aunque el nombre ya no era matemáticamente certero, Los Tres se ajustaron a partir de entonces como un grupo de grandes objetivos.





los primero disco

La cotización del rock chileno apuntaba entonces a la baja, y las pocas bandas en funcionamiento (Parkinson, Anachena, La Ley) mantenían todavía un cierto carácter underground. Los malos recuerdos del fin del llamado “boom pop” de los años 80 hacían que ningún rockero local se atreviera a considerar la música como una profesión en serio. De hecho, el primer disco de Los Tres —presentado oficialmente el 4 de septiembre de 1991, en el restaurante “Le Trianon”— tomó un tiempo largo en ser tomado en cuenta por los medios, y eran los campus universitarios y uno que otro pub los únicos lugares en los que la banda podía mostrar su música. Muchos de los temas del álbum eran composiciones trabajadas por los penquistas durante su adolescencia, y que ya afirmaban el eje creativo que predominaría en adelante: Henríquez y Lindl en los créditos de composición musical, y Álvaro como único letrista. La delicadeza en la fusión de rocanrol, jazz y pop contenida en ese disco no podía mantenerse como un secreto por demasiado tiempo más. Primero el comentario de boca en boca, y luego el apoyo sistemático de la naciente radio Rock & Pop —que ubicó antes que ninguna otra el tema “La primera vez” en su parrilla regular— fue convirtiendo a Los Tres en un nombre popular. La difusión de “Somos tontos, no pesados”, “He barrido el sol” y, sobre todo, “Un amor violento” puso al grupo en el camino definitivo del éxito.





Pasaron de Alerce a Sony Music, y publicaron entonces su primer disco con presupuesto profesional. Para Se remata el siglo (1993) Los Tres contaron con un productor extranjero (el argentino Mario Breuer) y hasta un asesor de imagen. El lanzamiento del álbum, en la discoteque “Oz”, tuvo carácter de acontecimiento social. Más rudos que los de su debut —llegaron a citar a AC/DC como una de sus influencias de entonces—, los temas “No sabes que desperdicio tengo en el alma” o “Feliz de perder” sonaban como los de ningún otro grupo entonces en el país. Aunque fue el disco que facilitó el paso de Los Tres a un estatus masivo, los integrantes de la banda dirían más tarde que nunca quedaron conformes con la producción de Breuer: “Se nos hizo muy raro trabajar con un tipo que pretendía lograr una media entre nosotros y La Ley”.







Los Tres lograron cada vez mejores discos en la medida que fueron tomando el control completo de su música. La espada y la pared (1995) fue el resultado de un enfoque más seguro, en el cual la banda aseguró un sonido emancipado al fin del de sus inspiradores. Aunque el disco contenía canciones que serían cumbres de su repertorio (“Déjate caer”, “Tirate”, “Te desheredo”), eligieron presentarlo con un tema ajeno, y no podrían haber ideado mejor estrategia. “Tu cariño se me va” era una vieja canción de Buddy Richard, que la banda volvió a grabar con énfasis rockero y el propio autor (ausente hacía años de los medios) compartiendo micrófono con Henríquez. El experimento funcionó maravillosamente.

El single no salió de las parrillas radiales por varios meses, pero además ayudó a que Los Tres cruzaran desde su inicial seguimiento juvenil hacia el favoritismo de un público amplio. Además, instalaba de modo contundente su filosofía de trabajo musical como parte de una tradición que agitaba el presente sin dejar de mirar al pasado. La suya era una aproximación chilena al rock, que se atrevía a ubicar en un mismo lugar de reverencia a los Beatles, Buddy Richard, Elvis Presley, Violeta Parra y The Smiths.





las cuecas y mtv

El 14 de septiembre de 1995, Los Tres se convirtieron en el primer grupo chileno invitado a la fiesta desenchufada que desde hace unos años venía animando la cadena de videomúsica MTV. La banda viajó a Miami y grabó su participación con la colaboración de Cuti Aste y el guitarrista Antonio Restucci, combinando en ella un repertorio de grandes éxitos, un tema nuevo (”Traje desastre”) y tres títulos de tributo a Roberto Parra, quien había fallecido hacía unos meses y a cuya memoria estuvo dedicada la presentación.

El disco correspondiente al show (Los Tres Unplugged, 1996) se convirtió en un fenómeno de ventas que desafió cualquier teoría de marketing que hasta entonces se manejara en la industria musical local (110 mil copias sólo ese año, incluso más que la antología doble Ni por la razón, ni por la fuerza, que por entonces publicaron Los Prisioneros).Nadie podía prever que la canción más exitosa del año sería un viejo foxtrot, adaptado hacía décadas por Roberto Parra bajo el título “¿Quién es la que viene allí?”, y que Los Tres habían interpretado en Miami con insuperable gracia. Como muchas otras veces, de su éxito Henríquez dio en el clavo con una observación sintética: “La cantaron hasta los pacos”. En febrero de ese año, el grupo había debutado en el Festival de Viña del Mar, rindiendo homenaje a su amistad escolar con uniformes del Charles de Gaulle sobre el escenario.




Es imposible cuantificar la influencia de Roberto Parra sobre Álvaro Henríquez, pero resulta innegable que muchas de las decisiones del joven músico estuvieron determinadas por la relación que ambos mantuvieron luego de conocerse en su trabajo para La Negra Ester. Para Los Tres, la cueca chilena pasó a ser un género mayor, el cual buscaron abordar de acuerdo a un enfoque moderno y respetuoso. De ahí nació la tradición de fiestas dieciocheras que el grupo inaguró en 1996 bajo el nombre “La Yein Fonda”, y que por primera vez unió a cuequeros, cumbiancheros y rockeros sobre un mismo escenario; introduciendo nombres como el de Rafael Rabanito Berríos, Pepe Fuentes, Ester Zamora y Rafael Traslaviña entre un público sin ningún vínculo con la bohemia.





Del mismo modo cabe analizar su serie de presentaciones en la sala SCD de Santiago junto a Roberto Parra, en junio de 1994 (plasmadas más tarde en el disco Peineta) y las tres versiones del megaconcierto “Hecho en Chile”, que los unió por primera vez a Los Jaivas e Illapu (Estadio Nacional, 1997). Para entonces, ya no tenía sentido seguir analizando a Los Tres como un grupo puramente “juvenil”. Su amplitud de referentes y el rigor interpretativo de sus integrantes los había ido convirtiendo en la banda emblemática de aquella teoría que sostiene que sólo hay dos tipos de música: la buena y la mala.





internacionalización

El de Los Tres Unplugged (1996) fue un éxito avasallador, que de algún modo terminó por incomodar al cuarteto. “Para cualquier grupo, yo creo que es descolocante llegar a ese nivel de exposición. Ese rollo de recuperadores de la cultura era… te levantabas en la mañana y como que te sentías cargando el peso”, dijo más tarde Henríquez. Eso explicó en parte la profundidad de Fome (1998), un disco de fiera electricidad y versos incómodos sobre fama, muertes violentas y hastío (”Me arrendé” y “Toco fondo” eran dos títulos elocuentes).Fue un trabajo registrado en la localidad de Woodstock, cerca de Nueva York, y a cuyo exigente sonido se le culpó de hacer caer las ventas del grupo. Más que recelado, Fome pareció ser un disco inicialmente incomprendido, y al que los fans fueron valorando con sucesivas pasadas. El álbum se publicó excepcionalmente en cuatro formatos: además de CD y cassette, un tiraje limitado de CDs de lujo y vinilos. Poco mas tarde, apareció una caja que integraba los cuatro primeros álbumes de estudio (con una versión remezclada de Se remata el siglo).



Los esfuerzos del grupo por reproducir su éxito en el mercado mexicano desgastaron poco a poco sus relaciones internas. La música de Los Tres no era el pop universal de La Ley, y su tipo de rock exigía más explicaciones, más entrevistas, más visitas a radios y más presentaciones televisivas de las que el grupo estaba dispuesto a hacer. En sucesivos viajes a partir del año 1995, Los Tres ofrecieron presentaciones en locales de capacidad moderada y uno que otro encuentro masivo (como la Feria del Libro de Guadalajara, en 1999). Si bien todos sus discos se publicaron en ese mercado, la banda nunca pareció completamente convencida con el precio a pagar por una fama continental, como la que por entonces perseguía La Ley: “Jamás nos mudaríamos a México. No se nos pasa por la cabeza darle filo a Chile porque sea un país muy chico”, afirmaron. El grupo tuvo un reconocimiento póstumo, cuando los exitosos Café Tacuba eligieron seis de sus canciones para publicar el único disco de “tributo” en su discografía, Vale callampa (2002).





despedida

Fue Álvaro Henríquez quien decidió la separación del grupo, acordada en conjunto, y anunciada el 4 de abril del 2000 a través de un comunicado de prensa que prefirió hablar de un “receso indefinido”. No había aparentes peleas ni crisis, sino la necesidad de sus integrantes por darse un tiempo lejos de la exigente dinámica que les había impuesto la creciente presión por resultados comerciales. “Lo merecemos. No ha habido año en que no hiciéramos algo importante. Ese desgaste se nota y hay que asumirlo”, explicaron. Para presentar La sangre en el cuerpo habían elegido un single de poca fuerza (”No me falles”), y a la primera escucha se hizo evidente que se trataba de un disco demasiado delicado como para conquistar audiencias masivas. El álbum se había grabado en Nueva York, con participaciones especiales de Roberto Márquez (Illapu) y la mexicana Julieta Venegas. El cuidado puesto en las armonías y la precisión en los versos de Henríquez levantó probablemente el mejor disco de su carrera y, pese a los lamentos de hasta Los Jaivas por su decisión, una estupenda manera de cerrar el trabajo de la banda.





Los Tres organizaron una gira nacional de conciertos de despedida, que culminó el 19 de mayo, en Concepción. Para entonces ya era parte estable del grupo el tecladista Camilo Salinas, quien le aportó una atractiva fuerza seudosicodélica a esas últimas presentaciones (y quien luego siguió a Henríquez a Pettinellis). Su decisión por registrar su historia en un libro junto al cronista argentino Enrique Symns probó ser una de sus decisiones más desafortunadas, y terminó con la banda desautorizando a quien ellos mismos habían elegido como colaborador. De todos modos, hacia fines del 2001 apareció Los Tres. La última canción para agitar un rato el comidillo nacional con revelaciones bastante más íntimas que las que necesitaban los fans.






El legado audiovisual fue el disco en vivo Freno de mano y el DVD Vermouth & Noche, con parte del registro de sus últimos conciertos. Para entonces, el país ya se había hecho la idea de que lo de “receso indefinido” tenía más que ver con una separación, y que a Los Tres habría que buscarlos en adelante en proyectos independientes entre sí. Porque continuó de algún modo con su línea rockera, el más llamativo fue Pettinellis, el grupo que Álvaro Henríquez mantuvo entre el 2001 y el 2004. Ángel Parra y Roberto Lindl han desarrollado una interesante fusión de géneros populares en Ángel Parra Trío, mientras que Francisco Molina es el más apegado al jazz a través de Los Titulares. A excepción de este último, los músicos se fueron reuniendo informalmente en algunas presentaciones en vivo, si bien era Henríquez quien solía mantener el recuerdo fresco con la introducción de parte del repertorio de la banda en sus presentaciones como solista.





La nostalgia fraguó en lo que en marzo del 2006 se anunció como una “reunión de Los Tres”, que venía gestándose ya desde fines del 2005, aunque sin Francisco Molina (llegó en su reemplazo Manuel Basualto como “invitado estable”). Se confirmó entonces el inicio de la grabación de un nuevo álbum, Hágalo usted mismo, con grabación en Nueva York, y nuevamente con Joe Blaney como productor.



Los Tres ofrecieron su primera presentación en vivo luego de la noticia de su reunión no en Chile, sino en el D.F. mexicano, cuando el 14 de mayo cerraron el festival “Vive Latino” en un concierto de repertorio antiguo que tuvo a dos integrantes de Café Tacuba como invitados especiales. El esperado lanzamiento en Chile no vino sino hasta la primera semana de julio, cuando el grupo al fin presentó el álbum Hágalo usted mismo y ofreció los conciertos que confirmaron su real rearticulación, con dos fechas consecutivas en Arena Santiago ante no menos de quince mil espectadores en total.